Al contrario que todos los sesgos descritos antes, principalmente
los relacionados con la selección, información y confusión, la
interacción no es un sesgo producido por problemas en el diseño
o en el análisis del estudio, sino que refleja la realidad y su
complejidad. Un ejemplo de este fenómeno es el siguiente: la
exposición a radón es un factor de riesgo para el cáncer de
pulmón, como también lo es el tabaquismo. Además, el tabaquismo
y la exposición al radón tienen efectos diferentes sobre el
riesgo de cáncer de pulmón dependiendo de que actúen conjuntamente
o por separado. La mayoría de los estudios de higiene
industrial sobre este tema se han realizado en mineros que
trabajan bajo tierra, y algunos de ellos han dado resultados
contradictorios. En conjunto, sugieren una interacción entre el
tabaquismo y la exposición al radón para producir cáncer de
pulmón. Esto significa que la exposición al radón aumenta el
riesgo de cáncer incluso en los no fumadores, pero que la
magnitud del riesgo asociado al radón es mucho mayor en los
fumadores que en los no fumadores. En términos epidemiológicos, decimos que el efecto es multiplicativo. Al contrario que la
confusión descrita antes, la interacción no tiene simplemente que
controlarse, sino que también debe analizarse y describirse con
detalle, ya que refleja lo que está sucediendo en un plano biológico y no es meramente la consecuencia de un mal diseño del
estudio. Su explicación conduce a una interpretación más válida
de los resultados del estudio.
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