sábado, 30 de septiembre de 2017

Vigilancia Epidemiológica de los Riesgos Ocupacionales

vigilancia, epidemiológica, riesgos, laborales



Se denomina vigilancia de los riesgos el proceso mediante el cual se evalúan la distribución y las tendencias seculares de los niveles de uso y exposición a los riesgos de enfermedad y lesión (Wegman 1992). En el contexto de la salud pública, la vigilancia de los riesgos consiste en la identificación de los procesos de trabajo o los trabajadores expuestos a altos niveles de riesgos específicos en determinados sectores industriales y categorías de puestos de trabajo. Al no tratarse de una actividad centrada en los episodios de enfermedad, su utilización como base para las intervenciones de salud pública exige la demostración previa de una relación clara entre la exposición y el resultado. De esa forma, la vigilancia puede justificarse partiendo del supuesto de que la reducción de la exposición dará lugar a una menor incidencia de la enfermedad. El uso adecuado de la información derivada de la vigilancia de los riesgos permite intervenir a tiempo y prevenir enfermedades profesionales. Su principal ventaja es, por consiguiente, que elimina la necesidad de esperar a que se produzcan casos de enfermedad evidente o incluso de muerte antes de adoptar medidas para la protección de los trabajadores.
La vigilancia de riesgos ofrece al menos otras cinco ventajas, que se  complementan con las de la vigilancia de enfermedades. En primer lugar, la identificación de episodios peligrosos suele ser mucho más fácil que la identificación de casos de enfermedades profesionales, especialmente cuando éstas tienen largos períodos de latencia, como ocurre con el cáncer. En segundo lugar, al centrarse en los riesgos (no en las enfermedades) tiene la ventaja de dirigir la atención a exposiciones que terminarán por ser controladas. Por ejemplo, la vigilancia del cáncer de pulmón puede basarse en su incidencia en los trabajadores del amianto. Sin embargo, una importante proporción de los casos de cáncer de pulmón en esta población podría deberse al consumo de tabaco, ya sea como un factor independiente o como un factor que interactúa con la exposición al amianto, de manera que es posible que tenga que estudiarse a un gran número de trabajadores para detectar un pequeño número de cánceres relacionados con el amianto. Por otra parte, la vigilancia de la exposición al amianto podría facilitar información sobre los niveles y pautas de exposición (puestos de trabajo, procesos o industrias) en los lugares de trabajo en los que existe un control más deficiente. Así, aunque no se hiciera un recuento real de los casos de cáncer de pulmón, podrían adoptarse las medidas adecuadas para reducir o eliminar la exposición.
En tercer lugar, no todas las exposiciones tienen como resultado la  enfermedad y, por ello, se producen episodios de riesgo con una frecuencia mucho mayor que episodios de enfermedad, lo que permite detectar una nueva pauta o una variación con el tiempo mucho más fácilmente que con la vigilancia de enfermedades. Esta ventaja ofrece la oportunidad de hacer un mayor uso de los episodios centinela. Un episodio centinela puede ser simplemente la presencia de una exposición (p. ej., a berilio), detectada a través de una medición directa en el lugar de trabajo; la presencia de una exposición excesiva, detectada mediante el control de un biomarcador (p. ej., niveles plasmáticos elevados de plomo); o un parte de accidente (por ejemplo, el vertido de una sustancia química).
Una cuarta ventaja de la vigilancia de riesgos es que los datos recogidos con este fin no infringen el derecho a la intimidad individual. La confidencialidad de las historias médicas no se ve en peligro y se evita la posibilidad de estigmatizar a una persona con la etiqueta de una enfermedad. Este aspecto es especialmente importante en entornos industriales en los que el puesto de trabajo de una persona puede verse en peligro o cuando la posible reclamación de una indemnización puede influir en la elección que realice el médico entre los distintos diagnósticos alternativos.
Finalmente, la vigilancia de riesgos puede aprovechar las ventajas de sistemas diseñados para otros fines. Como ejemplos de sistemas que ya existen para la recogida continua de información sobre los riesgos, pueden citarse los registros del uso de sustancias tóxicas o el vertido de materiales peligrosos, los registros de ciertas sustancias peligrosas y  la información recogida por las autoridades para comprobar el cumplimiento de las normas. En muchos aspectos, el higienista industrial está ya bastante familiarizado con el uso de los datos de la exposición para fines de vigilancia.
Los datos obtenidos de la vigilancia de riesgos pueden complementarse con los de la vigilancia de enfermedades para establecer o confirmar la asociación entre un riesgo y una enfermedad, así como para otras aplicaciones de salud pública. Por otra parte, estas dos fuentes de datos pueden servir para decidir la necesidad de adoptar medidas correctoras. Los datos de la vigilancia a escala nacional (como los derivados del Sistema de Información para una Gestión Integrada de la OSHA sobre los resultados de las muestras tomadas para determinar el cumplimiento de las normas de salud en el trabajo - véase más adelante) sirven para fines distintos que los datos de la vigilancia de riesgos en el lugar de trabajo, permitiendo éstos un enfoque y un análisis mucho más detallados. Los datos nacionales pueden ser extremadamente importantes para centrar las inspecciones en el cumplimiento de los requisitos legales o para determinar cuál es la distribución probable de riesgos que impondrá demandas específicas a los servicios médicos de una región. Sin embargo, la vigilancia de riesgos en el lugar de trabajo proporciona el nivel de detalle necesario para realizar un análisis en profundidad de las tendencias a lo largo del tiempo. En algunas ocasiones, se observa una tendencia que es independiente de que se hayan introducido cambios en los controles, sino que se produce como respuesta a cambios en los productos que no se harían evidentes si los datos se agregaran por regiones. Tanto los datos nacionales como los datos obtenidos en un lugar de trabajo concreto pueden ser útiles para determinar si existe la necesidad de realizar otros estudios científicos u organizar programas educativos para los trabajadores y la dirección.
Combinando los datos sobre la vigilancia de riesgos obtenidos durante las inspecciones de una gran variedad de industrias aparentemente sin relación, algunas veces se pueden identificar grupos de trabajadores cuyas altas exposiciones podrían pasarse por alto de otro modo. Por ejemplo, al analizar las concentraciones atmosféricas de plomo medidas por los inspectores de la OSHA entre 1979 y 1985, se identificaron 52 industrias en que los límites de exposición permisibles (PEL) se superaban en más de la tercera parte de las inspecciones (Froines y cols. 1990).
Entre esas industrias figuraban la de fundición primaria y secundaria, la de fabricación de baterías, la de fabricación de pigmentos y la de fundición de cobre/bronce.
Todas ellas presentan tradicionalmente altos niveles de exposición al plomo y las exposiciones excesivas indican un control deficiente de riesgos ya conocidos. De hecho, en ellas abundan los lugares de trabajo bastante pequeños, como los talleres de fundición secundaria del plomo, en los que es poco probable que los directores o trabajadores realicen muestreos sistemáticos de la exposición, hasta el punto de desconocer la existencia de graves problemas de exposición al plomo. Aparte de los altos niveles de exposición ambiental al plomo que cabía esperar en estos lugares de trabajo, se observó que más de la tercera parte de los casos en los que se superaban los PEL (valores límites de exposición permisibles) correspondían a talleres de pintura de una gran variedad de entornos industriales. Ya se sabía que los pintores de carpintería metálica estaban en situación de riesgo por la exposición al plomo, pero se había prestado poca atención a otras industrias con pequeños talleres de pintura de maquinaria o componentes de maquinaria.

En ellos, los trabajadores pueden verse sometidos a exposiciones peligrosas y, sin embargo, no se les suele considerar trabajadores del plomo porque trabajan en una industria no vinculada al plomo. En cierto sentido, esta encuesta aportó evidencias de un riesgo que se conocía pero que se había olvidado hasta que volvió a identificarse al analizar los datos derivados de la vigilancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escriba su Comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...