• Seleccionar la vestimenta adecuada facilita la evaporación de sudor.
• Ingerir líquidos calientes ayuda a recuperar pérdidas de energía calorífica.
• Limitar el consumo de café como diurético y modificador de la circulación sanguínea minimiza las pérdidas de agua y, por lo tanto, de calor.
• Utilizar ropa cortaviento reduce el efecto de la velocidad del aire.
• Realizar reconocimientos médicos previos es una medida adecuada para detectar disfunciones circulatorias, problemas dérmicos, etc.
• Sustituir la ropa humedecida evita la congelación del agua y la consiguiente pérdida de energía calorífica.
• Utilizar pantallas cortaviento en exteriores y modificar los difusores de aire reduce la velocidad del aire.
• Medir periódicamente la temperatura y la velocidad del aire controla las dos variables
termohigrométricas de mayor influencia en el riesgo de estrés por frío.
• Disminuir el tiempo de permanencia en ambientes fríos minimiza la pérdida de calor.
• Controlar el ritmo de trabajo, hace que la carga metabólica sea suficiente sin que supere un valor que genere sudoración excesiva.
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