Fuente: Infobae
Más de 386 millones de personas han sido diagnosticadas por el COVID-19 en el mundo hasta el momento. Desde noviembre, hubo nuevas olas de la pandemia por la explosiva circulación de la variante de preocupación Ómicron del coronavirus, que fue detectada en África y luego se propagó al resto del mundo.
Por sus características, la variante afectó a más personas, incluso a aquellos que ya habían recibido el esquema completo de vacunas. ¿Es ahora el momento para que los recién recuperados del COVID-19 accedan a la dosis de refuerzo?
La doctora Maria Van Kerkhove, responsable técnica de COVID-19 en el programa de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo que una razón del fuerte aumento de los casos de infección por la variante Ómicron en las últimas semanas era su potencial de “escape inmunitario. Esto significa que la gente puede reinfectarse tanto si ha tenido una infección previa como si se ha vacunado”.
“Hay que recordar que las vacunas son increíblemente eficaces para prevenir enfermedades graves y muertes, pero no previenen todas las infecciones y no evitan toda la transmisión posterior. Así que sigue siendo absolutamente crítico vacunarse porque salvará tu vida, pero no previene todas las infecciones o la transmisión”, afirmó la experta.
El 13% de la población mundial ya se dio la dosis de refuerzo para aumentar la protección de las vacunas contra el COVID-19. Pero hay diferencias entre los países el momento en que el refuerzo se debe aplicar si la persona recientemente tuvo la infección por el coronavirus.
En los Estados Unidos, las autoridades de salud federales recomiendan que toda la población se vacune y se aplique el refuerzo, independientemente de que haya tenido COVID-19 en el pasado. Allí, el 64% de la población tiene el esquema primario completo. El 27% se aplicó el refuerzo. Más de la mitad de los estadounidenses con el esquema de vacunación completo que cumplen los requisitos para recibir el refuerzo aún no lo ha recibido.
En base a la evidencia científica se sabe que una dosis de refuerzo es más confiable y efectivo que una infección natural. Porque si bien el sistema inmune desarrolla cierta protección contra el virus después de tener la infección, los beneficios de esa inmunidad natural pueden ser limitados. No hay una prueba confiable que pueda ayudar a saber cuál es el nivel efectivo de esa inmunidad natural después de haber tenido la infección.
Al aplicarse la dosis de refuerzo, el cuerpo aumenta sus defensas —incluso más rápido que la primera o segunda vacuna— en cuestión de días. Pero el momento en que se debe recibir el refuerzo puede variar según la situación personal de cada uno y del nivel de circulación del coronavirus en su comunidad, entre otros factores.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de los Estados Unidos recomiendan esperar al menos hasta que la persona que ha tenido el COVID-19 deje de tener síntomas y que haya cumplido con los criterios de aislamiento para ir a recibir la dosis de refuerzo. Pero hay autoridades sanitarias de otros países e investigadores científicos que estudian al coronavirus que recomiendan esperar más tiempo.
El doctor Ali Ellebedy, inmunólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, considera que no es necesario vacunarse con el refuerzo inmediamente después de haber tenido la infección. “No hay que sobrecargar al sistema”, consideró Ellebedy.
“Deja que tu sistema inmunitario descanse después de luchar contra el coronavirus y antes de pedirle que se acelere de nuevo con la vacuna. Esto también permitirá una respuesta más refinada y duradera”, dijo al diario The New York Times.
Si el riesgo de reinfección es bajo (como es el caso de una persona que trabaja de manera remota, sigue el distanciamiento y usa la mascarilla cuando sale de su hogar), se puede esperar más de tres meses para recibir el refuerzo. Se considera que después de esos tres meses la inmunidad natural desarrollada por haber tenido la infección empieza a disminuir. Al esperar más de tres meses para el refuerzo, ayudará a que se produzca una respuesta de anticuerpos más robusta.
También existe la posibilidad de que en los próximos meses, existan vacunas que sean más específicas contra la variante Ómicron. Las empresas farmacéuticas han empezado a probar nuevas versiones de la vacuna de refuerzo que podrían estar disponibles en mayo.
Pero la opción de esperar un tiempo para el refuerzo podría no ser lo mejor para algunas personas. Si alguien tiene un alto riesgo de reinfección o de enfermedad grave por tener enfermedades previas o por la edad, podría requerir la dosis de refuerzo más pronto. Recibir una dosis de refuerzo antes también puede extender la protección a los miembros vulnerables de la familia y a los niños que por u edad aún no pueden recibir la vacuna.
En el Reino Unido, se exige esperar al menos un mes para aplicar otra dosis de vacuna. En España aconsejan esperar cinco meses. En la Argentina, el Ministerio de Salud y el Consejo Federal de Salud decidieron recomendar un intervalo de tres meses.
Según Jorge Geffner, investigador del Conicet y la Universidad de Buenos Aires, hay que esperar al menos tres meses porque no se justifica dar la dosis de refuerzo si la persona tiene la inmunidad natural dada porque tuvo la infección recientemente.
Según contestó hoy a Infobae, Andrea Uboldi, médica Infectóloga y pediatra, ex Ministra de Salud de la provincia de Santa Fe, y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIN) y la Sociedad Argentina de Pediatría, “al haber tenido la infección por el coronavirus recientemente se produce una respuesta inmune. Por lo cual la persona está protegida. Si la persona espera tres meses, se le da la posibilidad a la dosis de refuerzo que actúe realmente como un refuerzo”.
Después de tener la infección, las personas deben considerar que “hay que controlarse por la posibilidad de tener el COVID Prolongado o Post COVID. Podría haber secuelas. Por eso, se recomienda que pase un tiempo para aplicarse una dosis de la vacuna para estar seguro antes que no tiene alguna secuela de la infección”.
El 6 de enero pasado, las autoridades sanitarias de la Argentina informaron que habían revisado la evidencia científica disponible hasta el momento sobre la dinámica de producción de anticuerpos que se generan por la enfermedad COVID-19.
La CoNaIN recomendó a las autoridades sanitarias aplazar 90 días la aplicación de la dosis de refuerzo en quienes sean confirmados como casos de COVID-19 (con o sin síntomas) al momento de cumplir el intervalo de al menos 4 meses desde la aplicación del esquema inicial.
Es decir, si una persona tuvo COVID-19 después de haber completado el esquema de vacunación con dosis y le llega el turno para la dosis de refuerzo porque han pasado cuatro meses, solo debería esperar tres meses para aplicarse la dosis de refuerzo. En este caso en particular deberían pasar 7 meses entre la aplicación de la segunda dosis y la dosis de refuerzo. Porque según la última pauta del Ministerio la dosis de refuerzo debe ser diferida 3 meses después del alta médica y al menos 4 meses después de la segunda dosis si una persona tuvo el COVID-19 recientemente.
“No existe una contraindicación formal que diga que no se puede vacunar a una persona que recién ha tenido la infección. Pero en el balance para evaluar a quién vacunar primero, se debe priorizar a aquellos que aún no tuvieron la infección antes que los que ya la adquirieron. Es una recomendación de expertos”, agregó la experta.
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