El control de las exposiciones en el trabajo es una actividad
continua fundamental para la protección de la salud de los trabajadores.
Por consiguiente, es posible que ya existan registros de
higiene industrial en el momento de planificar un estudio epidemiológico.
En tal caso, los datos deben analizarse para determinar
en qué medida abarcan a toda la población de interés, qué
período de tiempo cubren y con qué facilidad pueden relacionarse
las mediciones con puestos de trabajo, áreas de trabajo y
personas. Estas consideraciones servirán de ayuda tanto para
evaluar la viabilidad del estudio epidemiológico como para identificar
lagunas en los datos que pueden subsanarse con un muestreo
adicional de la exposición.
La cuestión de cómo relacionar mejor los datos de las mediciones
con puestos de trabajo y personas concretas tiene una
especial importancia. La toma de muestras de áreas y zonas de
respiración puede ser útil para que los higienistas industriales
identifiquen las fuentes de emisión y adopten las medidas
correctoras oportunas, pero su utilidad será menor para caracterizar
las exposiciones reales de los trabajadores, a no ser que se
hayan realizado estudios minuciosos en el tiempo de las actividades
laborales de los trabajadores. Por ejemplo, la vigilancia
continua de un área puede detectar exposiciones muy altas en
ciertos momentos del día, pero no indica si los trabajadores se
encontraban o no en ese área de trabajo en ese momento.
Los datos obtenidos de las muestras personales suelen proporcionar
estimaciones más exactas de las exposiciones de los trabajadores
siempre que la muestra seleccionada sea representativa,
se tenga debidamente en cuenta el uso de prendas personales de
protección y las condiciones de los procesos y las tareas de los
puestos de trabajo se mantengan relativamente constantes de un
día a otro. Las muestras personales pueden relacionarse directamente
con trabajadores concretos mediante el uso de identificadores
personales. Estos datos pueden generalizarse a otros
empleados que ocupan el mismo puesto de trabajo o a otros
períodos de tiempo. Sin embargo, Rappaport y cols. (1993),
basándose en su propia experiencia, han advertido que las
concentraciones de la exposición pueden variar mucho incluso
entre trabajadores asignados a grupos de exposición considerados
homogéneos. También en este caso tendrá que recurrirse
a la opinión de los expertos para decidir si puede presumirse la
homogeneidad de los grupos de exposición.
Los investigadores han combinado con éxito las matrices de
puestos de trabajo y exposiciones con la utilización de los datos
de las mediciones ambientales para estimar las exposiciones en
de las celdas de la matriz. Si existen lagunas en los datos de las
mediciones, éstas pueden llenarse mediante el uso de modelos de
exposición. Para ello, será en general necesario desarrollar un
modelo que relacione las concentraciones ambientales con otros determinantes de las concentraciones de la exposición que sean
más fáciles de evaluar (p. ej., volúmenes de producción, características
físicas de las instalaciones, como uso de sistemas de ventilación
aspirante, volatilidad del agente y naturaleza de la
actividad laboral). El modelo se construye para entornos laborales
con concentraciones ambientales conocidas y, a continuación,
se utiliza para estimar concentraciones en entornos
laborales similares en los que no se han realizado mediciones,
pero sobre los que se dispone de información acerca de parámetros
como ingredientes y volúmenes de producción. Este enfoque
puede ser particularmente útil para la estimación retrospectiva
de las exposiciones.
Otra importante cuestión relacionada con la evaluación es el
tratamiento de la exposición a mezclas. En primer lugar, desde
un punto de vista analítico, las técnicas disponibles no siempre
son capaces de detectar por separado compuestos químicamente
relacionados y eliminar las interferencias causadas por otras
sustancias presentes en la muestra. Por consiguiente, tienen que
evaluarse las limitaciones de los procedimientos analíticos utilizados
para obtener los datos de las mediciones y modificar en
consecuencia los objetivos del estudio. En segundo lugar, puede
ocurrir que algunos agentes se utilicen casi siempre conjuntamente
y, por consiguiente, que estén presentes más o menos en
las mismas proporciones relativas en todo el medio ambiente de
trabajo estudiado. En esta situación, los análisis estadísticos
internos per se no servirán para saber si los efectos se deben a
uno u otro agente o a una combinación de ambos. Este tipo de
juicios sólo podrán emitirse una vez revisados otros estudios
realizados en lugares que no están expuestos a las mismas
mezclas de agentes. Finalmente, cuando unos materiales se sustituyen
por otros dependiendo de las especificaciones del
producto (p. ej., utilización de diferentes colorantes para obtener
los contrastes de color deseados), puede que sea imposible atribuir
efectos a un agente específico.
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Fte: Enciclopedia OIT
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