Este tipo de sesgo se llama también sesgo de observación y afecta
al efecto para la salud en los estudios de seguimiento y a la
evaluación de la exposición en los estudios de casos y controles.
Evaluación diferencial del efecto para la salud en estudios
prospectivos de seguimiento (cohortes)
Al inicio del estudio se definen dos grupos: los expuestos y los no
expuestos. Si la búsqueda de casos difiere en estos dos grupos, se
incorporará un sesgo de diagnóstico. Por ejemplo, consideremos
una cohorte de personas expuestas a una emisión accidental de
dioxina en determinado sector industrial. Se establece un sistema
de seguimiento para los trabajadores sometidos a elevadas exposiciones
que consiste en reconocimientos médicos y control bioló-
gico a intervalos regulares, mientras que el resto de los
trabajadores siguen recibiendo la asistencia habitual. En esta
situación, es muy probable que se identifiquen más casos de
enfermedad en el grupo sometido a una estrecha vigilancia, lo
que podría dar como resultado una sobrestimación del riesgo.
Pérdidas diferenciales en los estudios retrospectivos de
cohortes
En los estudios retrospectivos de cohortes puede producirse el
mecanismo inverso al descrito en el apartado anterior. En estos
estudios, el proceso habitual consiste en consultar los archivos de
todas las personas que han trabajado en determinada industria
en el pasado y evaluar la morbilidad o mortalidad posterior a su
empleo. Lamentablemente, estos archivos suelen estar incompletos
y el hecho de que una persona no aparezca en ellos puede
deberse a su situación de exposición, a su enfermedad o a ambas
cosas. Por ejemplo, en un reciente estudio realizado en la industria
química de los trabajadores expuestos a aminas aromáticas,
se detectaron ocho tumores en un grupo de 777 trabajadores que
habían sido sometidos a exploración citológica selectiva para la
detección de tumores urinarios. En total, sólo se observó la
ausencia de 34 historias, lo que suponía una pérdida del 4,4 % en
el archivo de evaluación a la exposición; sin embargo, en lo que
respecta a los casos de cáncer de vejiga, faltaban los datos de
exposición correspondientes a dos de los ocho casos, o un 25 %.
Esto demuestra que la probabilidad de pérdida fue mayor para
las historias de las personas que se convirtieron en casos que para
las historias de otros trabajadores, lo cual puede deberse a una
mayor rotación del puesto de trabajo en la empresa (posiblemente
relacionada con los efectos de la exposición), o a dimisión,
despido o mera casualidad.
Evaluación diferencial de la exposición en estudios de casos
y controles
En los estudios de casos y controles, la enfermedad ya se ha
producido en el momento de iniciarse el estudio y debe recopilarse
información sobre las exposiciones en el pasado. La actitud
de los encuestadores o de los participantes puede introducir un
sesgo en el estudio. La información suele ser recogida por encuestadores
expertos que pueden o no conocer la hipótesis de la investigación.
Por ejemplo, si se realiza un estudio de casos y controles
del cáncer de vejiga basado en la población en una región altamente
industrializada, es probable que el personal del estudio
conozca el hecho de que determinadas sustancias químicas, como
las aminas aromáticas, son factores de riesgo para el cáncer de
vejiga. Si también saben quién ha desarrollado la enfermedad y
quién no, es probable que realicen encuestas más minuciosas a los
casos de cáncer de vejiga que a los controles. Es posible que
intenten recabar información más detallada sobre los empleos
anteriores de los casos, buscando sistemáticamente la exposición
a aminas aromáticas y, por el contrario, que registren de forma
más rutinaria los empleos de los controles. El sesgo resultante se
denomina sesgo por sospecha de exposición.
Los propios participantes pueden ser también responsables de
este tipo de sesgo. Es lo que se llama sesgo de memoria para distinguirlo
del sesgo del encuestador. En ambos casos, el sesgo se
produce como resultado de la sospecha de exposición. Las
personas enfermas pueden sospechar que su enfermedad es de
origen profesional y, por consiguiente, intentarán recordar con la
mayor exactitud posible todos los agentes peligrosos a los que
han podido estar expuestos. En el caso de que hayan manipulado
productos indefinidos, es posible que recuerden mejor los
nombres de sustancias químicas precisas, particularmente si se
les muestra una lista de productos sospechosos. Por el contrario,
la probabilidad de que los controles pasen por el mismo proceso
mental es menor.
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