lunes, 29 de septiembre de 2014

Cinco Errores Comunes en la Evaluacion de Riesgos sin Perspectivas de Genero ¿Como podemos Evitarlos?

Por Monserrat Lopez  Bermudez

Los daños a la salud que padecen las mujeres trabajadoras son invisibles. Esto es un hecho constatado y reiterado, a pesar de que se están realizando importantes esfuerzos en la visibilización del daño. En este artículo planteamos que desde un punto de vista sindical es más efectivo poner el foco en las condiciones de trabajo, interviniendo en estas con un instrumento potente: la evaluación de riesgos. La tarea no es sencilla, por ello señalamos cinco errores comunes que impiden considerar adecuadamente los riesgos a los que están expuestas las mujeres y planteamos cómo evitarlos.

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El pasado mes de enero se celebró en Oporto el seminario “Los hombres y las mujeres en el trabajo: cuestiones de justicia y salud”, organizado por el Instituto Sindical Europeo (ETUI) y el Centro de Psicología de la Universidad de Oporto. Este encuentro supuso una gran oportunidad de puesta en común entre el ámbito de la investigación y el sindical, y quedó patente la problemática del reconocimiento y visibilización de los daños con una perspectiva de género. Todas las experiencias manifestaron las limitaciones importantes en los sistemas de recogida y tratamiento de la información y que sus herramientas carecen de una perspectiva que visualice las condiciones de trabajo y de vida de las mujeres.

Ante estas dificultades, la propuesta sindical es cambiar las prioridades y centrar nuestros esfuerzos en visualizar las condiciones de trabajo. En ese caso, ¿qué hacemos? ¿Por dónde empezamos? La respuesta está clara: hemos de empezar por la evaluación de riesgos. Pero no es sencillo, hemos de introducir cambios, pues la experiencia nos dice que, tal y como estas se desarrollan en las empresas, no ayudan a hacer visibles las condiciones de trabajo a las que se enfrentan las mujeres, y tampoco son capaces de actuar sobre los riesgos a los que, de forma mayoritaria, están expuestas las trabajadoras.

PRIMER ERROR: Evaluar solo los puestos de trabajo con mayor riesgo de accidentes

Uno de los errores en los que se cae habitualmente es el de evaluar sólo los puestos con más accidentes de trabajo. Este es el caso de una empresa hortofrutícola donde se decide evaluar los puestos de trabajo relacionados con la recogida del producto en el campo, ya que allí se producen accidentes de trabajo como caídas, golpes, accidentes con los equipos y herramientas. Si el objetivo de la evaluación de riesgos es evitar accidentes de trabajo, estaremos centrándonos en un ámbito de exposiciones que afecta exclusivamente a un colectivo, el de los trabajadores, ya que son los varones los que de forma mayoritaria sufren accidentes trabajo y su presencia es mayor en sectores y puestos de trabajo con mayor incidencia de accidentes. Sin embargo, las trabajadoras, de esta misma empresa, que están en las líneas de limpieza de las piezas de fruta, en la selección y envasado de los productos, también tienen dolores y molestias derivadas de su exposición a movimientos repetitivos y manipulación manual de cargas. Dolores que incluso impiden la realización de su trabajo y que, por supuesto, les incapacitan en su vida cotidiana. Si solo se evalúan los puestos de recogida de producto, la visualización de estos riesgos no es posible.

SEGUNDO ERROR: Evaluar solo algunos riesgos

Las mismas trabajadoras de esta empresa hortofrutícola desconocían que la cera que utilizan para abrillantar las frutas contenía una sustancia calificada como disruptora endocrina y tóxica para la reproducción. Otro de los errores habituales en las evaluaciones es centrarse en un único ámbito de actuación, que en muchos casos es la identificación de riesgos derivados de una falta o inadecuada seguridad de equipos, herramientas, lugares, etc. Este caso muestra que si no se analizan todos los elementos y condiciones del puesto de trabajo, podremos estar obviando una determinada exposición a un riesgo que al parecer no existía o se desconocía.

La experiencia nos dice que existen riesgos que afectan de forma exclusiva a las mujeres trabajadoras: acoso sexual, doble presencia, situaciones de riesgo derivadas de las condiciones de trabajo discriminatorias como las desigualdades en la contratación, salario, etc. Estos deben incluirse en los ámbitos de actuación de la evaluación de riesgos. Y como premisa básica hay que plantearse evaluar el conjunto de riesgos y no solo aquellos más evidentes a simple vista.

TERCER ERROR: Tener en cuenta solo la información teórica de qué se hace y cómo

Evaluamos para localizar, identificar, valorar y actuar sobre los riesgos, mejorando las condiciones de trabajo. Esta tarea no la podemos abordar si no recogemos la información real de lo que hace el conjunto de personas que integran la plantilla. Por ejemplo, si para la evaluación de riesgos del puesto de trabajo de camarero de un restaurante se decide que es suficiente hablar con un único trabajador para recoger la información sobre las tareas que realiza, dando por hecho que es un “trabajador tipo”, se está cometiendo un grave error. Está demostrado que en las tareas que realizamos hombres y mujeres, incluso dentro de la misma categoría profesional, hay desigualdades. La información escrita sobre lo que se hace en un puesto de trabajo es una cosa, pero lo que realmente se hace puede variar según el género, siendo este un determinante importante. Por supuesto, también las desigualdades biológicas en el diseño de los puestos de trabajo, de los equipos y herramientas, etc. Muchas veces las tareas que se realizan dentro de la misma categoría profesional son diferentes según las desempeñen hombres o mujeres; por ejemplo, las tareas de limpieza del restaurante, mayormente asignadas a mujeres, y las tareas de aprovisionamiento de las cámaras, mayormente asignadas a hombres. Por tanto es necesario examinar las tareas que se llevan a cabo y el contexto de trabajo real para evitar posibles desviaciones entre las funciones previstas que una persona tiene que realizar y las que efectivamente ejecuta.

CUARTO ERROR: Obviar las discriminaciones que sufren las mujeres en el mercado laboral

Cualquier método de evaluación propuesto por un servicio de prevención debe ser sensible a la desigual posición de las mujeres en el mercado laboral. Por ejemplo, ¿qué consecuencias sobre la salud de una mujer trabajadora pueden tener la elevada tasa de paro de las mujeres, la brecha salarial, la segregación ocupacional, la mayor temporalidad y la mayor contratación a tiempo parcial, etc?. Es necesario utilizar instrumentos sensibles a las desigualdades de género para identificar y evaluar los riesgos, herramientas que tengan en cuenta el mayor espectro posible de diversidad de exposiciones y que permitan utilizar el mismo instrumento para todos los puestos de trabajo. Se tienen que utilizar técnicas de obtención de datos validadas y fiables.

QUINTO ERROR: Considerar la evaluación de riesgos como un proceso técnico

La evaluación de riesgos no es un proceso técnico. Se trata de un proceso social en el que debemos favorecer y garantizar la consulta y la participación directa y delegada de las trabajadoras y asegurarnos de que los comités de seguridad y salud tengan una representación equilibrada entre mujeres y hombres. En muchos casos, la representación sindical ha de argumentar sus propuestas, y siempre esta argumentación debe sustentarse sobre la base legal. La ley nos ampara, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que modificó la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, incorpora en el apartado 4 el artículo 5, que establece: “Las Administraciones públicas promoverán la efectividad del principio de igualdad entre mujeres y hombres, considerando las variables relacionadas con el sexo tanto en los sistemas de recogida y tratamiento de datos como en el estudio e investigación generales en materia de prevención de riesgos laborales, con el objetivo de detectar y prevenir posibles situaciones en las que los daños derivados del trabajo puedan aparecer vinculados con el sexo de los trabajadores”. Siempre podemos pedirle a la empresa que argumente por qué no utiliza estos criterios.

Como señala Rosa Montero, “hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar escuchando el susurro de las mujeres”. Mostremos las condiciones de trabajo de las mujeres y empecemos a construir un mundo más sano y más igualitario para todos y todas.
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Fte: www.poreperienci.com

sábado, 27 de septiembre de 2014

Almacenamiento de Sustancias Químicas. Análisis de casos

Sabido es que muchos de los productos químicos que se utilizan en la industria, además de comportar riesgos por si mismos, en contacto con otros productos pueden producir reacciones muy peligrosas. El almacenamiento incorrecto de determinadas sustancias en una  fábrica, un laboratorio o en un taller puede dar origen a accidentes que afecten a la salud de las personas y también al medio ambiente. Para evitar estos problemas, en el almacenamiento de los productos químicos es necesario tener en cuenta determinadas precauciones y medidas de seguridad. A continuación resumimos las normas más importantes  referidas a recipientes móviles.

Normas Básicas

1. Guardar en los lugares de trabajo las cantidades de productos químicos que sean estrictamente necesarias. De este modo, es más fácil aislar y disminuir los peligros que se derivan de su manipulación y dotar a las instalaciones y locales de los medios de seguridad  adecuados.
2. No guardar los líquidos peligrosos en recipientes abiertos. Los envases adecuados para tal fin se deben cerrar después de ser usados o cuando queden vacíos. Serán, preferentemente, de seguridad (con cierre automático).
3 Almacenar las sustancias peligrosas debidamente separadas, agrupadas por el tipo de riesgo que pueden generar (tóxico, de incendio, etc.) y respetando las incompatibilidades que existen entre ellas: por ejemplo, las sustancias combustibles y reductoras deben estar separadas de las oxidantes y de las tóxicas.
4. Colocar los recipientes de pequeña capacidad que contengan sustancias corrosivas, como los ácidos y los álcalis, separados entre sí y sobre bandejas que puedan retener los derrames producidos en el caso de rotura del recipiente.
5. Elegir el recipiente adecuado para guardar cada tipo de sustancia química y tener en cuenta el posible efecto corrosivo que pueda tener sobre el material de construcción del envase. Los recipientes metálicos son los más seguros.
6. Guardar sólo pequeñas cantidades de productos en recipientes de vidrio, ya que este material es muy frágil. Esta clase de envases deben transportarse protegidos y las botellas de dos litros tienen que disponer de un asa que facilite su manejo.
7.  Tener en cuenta que el frío y el calor deterioran el plástico, por lo que este tipo de envases deben ser revisados con frecuencia y mantenerse protegidos del sol y de las bajas temperaturas. Los envases empleados para guardar sustancias peligrosas deben ser homologados.
8. Disponer de una buena ventilación en los locales, especialmente en los lugares donde se almacenen sustancias tóxicas o inflamables, así como de sistemas de drenaje que ayuden a controlar los derrames que puedan producirse (rejillas en el suelo, canalizaciones, etc.).
9. Dividir las superficies de los locales en secciones distanciadas unas de otras, que agrupen los distintos productos, identificando claramente qué sustancias son  (siempre con etiquetas normalizadas,  y su cantidad. En el caso de una fuga, derrame o incendio, podrá conocerse con precisión la naturaleza de los productos almacenados y actuar con los medios adecuados. También se deben despejar los accesos a las puertas y señalizar las vías de tránsito.
10.  Evitar realizar trabajos que produzcan chispas o que generen calor (esmerilar, soldar, amolar, etc.) cerca de las zonas de almacenamiento, así como el trasvasar sustancias peligrosas.
11. Los locales en los que se almacenen sustancias químicas inflamables deberán, además, cumplir con una serie de requisitos básicos: evitar la existencia de focos de calor; disponer de paredes de cerramiento resistentes al fuego y puerta metálica; contar con una instalación eléctrica antiexplosiva; tener una pared o tejado que actúe como paramento débil para que en caso de deflagración se libere la presión a un lugar seguro; y disponer de medios de detección y protección contra incendios.
12. Seguir procedimientos seguros en las operaciones de manipulación y almacenamiento, por lo que las personas que trabajan con sustancias químicas deben estar informadas y formadas sobre los riesgos que comporta trabajar con ellas.
                                  
Caso Practico
Descripción

¿Para qué querrán todo esto?, se pregunta Matías mirando el camión repleto de productos químicos estacionado frente a la fábrica: este material aquí no se gasta ni en un año. Matías trabaja como operario en la sección de mezclado de una pequeña empresa dedicada a la transformación de productos químicos y sabe de que va lo del "consumo.
Él y Tomás, otro operario recién incorporado a la empresa, están sustituyendo a dos compañeros del almacén que han causado baja laboral. No tienen experiencia en este trabajo y tampoco han recibido ninguna indicación al respecto, pero las necesidades de la empresa requieren que esta sustitución se realice de manera inmediata. Mientras los dos jóvenes estaban comentando la “pasada” del cargamento, Josefa, la responsable de la recepción de mercancías, les indica que deben vaciar el camión y trasladar toda la carga al almacén. Una vez allí, deben colocar los productos en sus correspondientes zonas, siguiendo las señalizaciones marcadas en las estanterías y el sistema de clasificación del recinto.
Almacenamiento,Sustancias Químicas, Análisis de casos

-Es muy fácil, dice Josefa. Allí donde vean calaveras pongan calaveras, donde veáis llamas...llamas, y así con todos. Lo que no quepa, lo dejan en el patio descubierto que está junto al almacén. Los dos se han puesto manos a la obra en el almacén y, mientras Matías está terminando de colocar  los últimos bidones de acetato de etilo, Tomás arrastra hacia el patio una carretilla de mano cargada con productos sobrantes. Cuando llega a la puerta de acceso al patio, que está situada dentro del propio almacén, se encuentra con que varios bidones de madera con colorantes están tapando parcialmente la entrada. Tomás fuerza un poco el palet donde estaban situados y consigue moverlo un poco, lo justo para poder pasar. Con el desplazamiento uno de los bidones cae hacia un lado y golpea un recipiente de plástico con metanol, que estaba medio escondido y que alguien había dejado abierto. Tomás no se da cuenta de este último hecho y continúa arrastrando la carretilla hacia el patio pensando que más tarde colocará los colorantes en su sitio. Al llegar al exterior comprueba con sorpresa que todo el orden que había encontrado en el almacén allí no existía. En el centro del patio estaban mezclados toda clase de bidones : unos identificados como “líquidos inflamables”, otros con la etiqueta de “sustancias tóxicas” y otros con la indicación de “nocivo e irritante”. Además, muchos de los bidones tenían manchas de óxido por la parte inferior.
En otro extremo del patio también había un montón de recipientes de plástico vacíos que se veían muy estropeados; la mayoría estaban resecos y agrietados y dos de ellos tenían el asa rota. Tomás, desconcertado ante el panorama, deja todo lo que lleva en la carretilla junto a los bidones y regresa hacia el almacén para recoger lo que se había caído. Al entrar nota un olor muy fuerte y observa que en el suelo hay una enorme mancha líquida, de color amarillo, que ocupa buena parte del almacén. Al parecer, el líquido derramado había reaccionado con el colorante y desprendía unos humos de olor muy desagradable. Un sexto sentido le alerta de que aquello es peligroso y, asustado, se dirige hacia Matías para contarle lo ocurrido. Matías no lo duda; salen rápidamente del almacén y van en busca de un teléfono para advertir que se ha producido una emergencia.

Caso Practico. Factores de Riesgos.

Almacenamiento de Sustancias Químicas. Análisis de casos



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 Fte: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Descargue Gratis Guía de Practica Clínica sobre Lumbalgia


Esta guía, presenta las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible que han sido estudiadas por un conjunto amplio e interdisciplinar de profesionales bien formados de nuestro servicio de salud. Deseo destacar el máximo agradecimiento y felicitación por el trabajo desarrollado.
Espero que el contenido de esta guía resulte especialmente útil para los profesionales que día a día atienden a pacientes que presenta estos síntomas, que os ayude en la toma de decisiones y en un abordaje efectivo y eficiente de los mismos. Para que, en última instancia, se vean beneficiados nuestros pacientes en un abordaje mejor de un síntoma tan molesto y, a veces, tan invalidante.

Lea y descargue el Documento Aqui

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Manipulacion Manual de Cargas. Medidas Preventivas. Caso Practico

El levantamiento, manejo y transporte de cargas está asociado a una alta incidencia de alteraciones de la salud que afectan a la espalda.  En el ámbito de la empresa, la información y el adiestramiento de las personas en las técnicas de la manutención de cargas es uno de los aspectos fundamentales de la prevención del dolor de espalda. A continuación se enumeran una serie de medidas preventivas que pueden ayudar a evitar estos problemas y que se pueden aplicar tanto en trabajos específicos de manipulación de cargas como en otras actividades (construcción, carpintería, mecánica, etc.) en las que el movimiento y el transporte de cargas forma parte de la práctica habitual del trabajo. Sin embargo, no hay que olvidar que estas recomendaciones son generales y que, como indica la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el empresario tiene la obligación de evaluar cada situación concreta de trabajo y tomar las
 medidas necesarias para trabajar de forma segura.

Medidas Preventivas.
1 Examinar la carga antes de manipularla: localizar zonas que pueden resultar peligrosas en el momento de su agarre y manipulación (aristas, bordes afilados, puntas de clavos, etc.)
2 Planificar el levantamiento: decidir el punto o puntos de agarre más adecuados, dónde hay que depositar la carga y apartar del trayecto cualquier elemento que pueda interferir en el transporte.
3 Seguir cinco reglas básicas en el momento de levantar la carga: separar los pies hasta conseguir una postura estable; doblar las rodillas; acercar al máximo el objeto al cuerpo; levantar el peso gradualmente y sin sacudidas; y no girar el tronco mientras se está levantando la carga (es preferible pivotar sobre los pies).
4 Manejar una carga entre dos personas siempre que: el objeto tenga, con independencia de su peso, al menos dos dimensiones superiores a 76 cm;  cuando una persona tenga que levantar un peso superior a 30 kg y su trabajo habitual no sea el de manipulación de cargas; y cuando el objeto sea muy largo y una sola persona no pueda trasladarlo de forma estable.
5 Situar la carga en el lugar más favorable para la persona que tiene que manipularla, de manera que la carga esté cerca de ella, enfrente y a la altura de la cadera.
6 Utilizar ayudas mecánicas, siempre que sea posible. En los alcances a distancias importantes se pueden usar ganchos o varas. La hiperextensión del tronco se evita colocando escaleras o tarimas.
7 Transportar la carga a la altura de la cadera y lo más cerca posible del cuerpo. Si el transporte se realiza con un solo brazo, se deberán evitar inclinaciones laterales de la columna.
8 Evitar los trabajos que se realizan de forma continuada en una misma postura. Se debe promover la alternancia de tareas y la realización de pausas, que se establecerán en función de cada persona y del esfuerzo que exija el puesto de trabajo.
9 En general, el peso máximo recomendado en trabajos habituales de manipulación de cargas es, en unas condiciones favorables de manejo e ideales de levantamiento, de 25 kg. Sin embargo, si se quiere proteger a la mayoría de la población trabajadora (mujeres, jóvenes, personas de edad...), el peso máximo recomendado es de 15 kg. En trabajos esporádicos de manipulación de cargas, para un trabajador sano y entrenado, el peso permitido puede llegar hasta los 40 kg.
10 El empresario debe aplicar las medidas de organización del trabajo adecuadas, así como proporcionar los medios para realizar el trabajo de forma segura.
11 El empresario deberá garantizar que las personas que trabajan reciban una formación e información adecuadas a los riesgos derivados de la manipulación manual de cargas, así como que se adopten las medidas de prevención y protección necesarias; en particular, lo hará sobre la forma correcta de manipular las cargas, el peso de éstas y sobre su centro de gravedad o lado más pesado.

Caso Practico
Descripción:
Dionisio tiene 20 años y está fuerte como un roble. Una empresa mayorista de pescado, llamada “El salmonete”, le ha contratado por medio año para realizar tareas de manipulación de cargas y también, cómo no, para ayudar en todo aquello que haga falta. Después de estar un tiempo en el mercado central cargando camiones distribuidores de pescado, la empresa le ha destinado a una de sus propias pescaderías. Tiene que sustituir a Loli, una compañera que está de baja aquejada de fuertes dolores de espalda. El trabajo de Dionisio consiste en ayudar a Berta, la encargada del local, en las tareas diarias de la pescadería: cargar las neveras, picar el hielo, preparar los mostradores con el pescado, atender a los clientes, limpiar el local, etc.
A Dionisio le encantó el cambio. “Esto está chupado; será más variado y descansado que currar todo el día con las cajas arriba y abajo”, pensó. Después de un mes, se encuentra cansado y ha cambiado de opinión... y para muestra, un botón. Hoy el camión que reparte el pescado ha llegado con retraso y en la tienda ya hay clientes. Berta les está atendiendo, mientras Dionisio comienza a descargar las cajas. Para no pasarlas por en medio de la tienda y molestar a los clientes, Dionisio las coge de la camioneta una por una y las deposita en el suelo, justo a su lado. Este movimiento lo realiza rápidamente porque tiene prisa, y sin girar los pies porque le resulta más cómodo.
Enfoque ocupacional, manipulacion manual de cargas

Mientras tanto, Berta está avalanzada sobre una merluza que le ha pedido un cliente y reniega de la amplitud del mostrador: -Nunca tienen en cuenta a los bajitos cuando hacen las cosas. Piense que esto tenemos que hacerlo un montón de veces cada día, y ni siquiera tenemos un gancho para alcanzar el pescado- le explica al cliente. Aprovechando un momento en que no hay gente en la pescadería (cosa poco frecuente), Berta le echa una mano a Dionisio. Empieza a recoger las cajas del suelo y las traslada hasta la nevera que está en el fondo de la tienda. Allí las vuelve a dejar en el suelo y le dice al chico: -¡No hay manera de que arreglen las guías de los estantes de la nevera! ¡Con el trabajo que hay, es el colmo que  tengamos que levantar todas las cajas cada vez que necesitamos coger una!

Acuérdate de poner  el calamar, la merluza y el atún encima de todo. Dionisio asiente y comenta: -¿Cómo es posible que una cosa tan fácil de arreglar lleve así más de un año? No me extraña que Loli esté de baja; de tanto doblar la espalda, y en este caso sin necesidad, los dos acabaremos como ella. Mientras está haciendo estos comentarios, Dionisio, que lleva puestos guantes de goma, coge sin mirar una de las últimas cajas que le quedan por transportar y se hiere con la punta de un clavo que sobresalía de la madera. La lesión no es muy profunda, pero Dionisio tiene que acudir a un centro hospitalario para que lo atiendan. Berta se queda sola en la pescadería y decide...

Caso Practico. Factores de Riesgos.
Enfoque Ocupacional, Manipulación manual de cargas. Medidas Preventivas

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Tomado del Instituto Nacional de Seguridad  e Higiene en el Trabajo. España.(INSHT)  ERGA Formacion Profesional






lunes, 1 de septiembre de 2014

Enfermedades Relacionadas al Trabajo

Enfermedades,  Relacionadas, Trabajo, salud ocupacional
Constituye un grupo muy amplio de enfermedades que si bien pueden ser causados única y exclusivamente por un agente de riesgo propio del medio ambiente de trabajo, pueden verse desencadenadas, agravadas o aceleradas por factores de riesgo presentes en el medio ambiente de trabajo (1).
Las enfermedades relacionadas al trabajo pueden diagnosticarse tempranamente en su estado pre patogénico, cuya duración puede variar, ésta etapa corresponde al período en el cual ocurre la exposición a los agentes causantes de la agresión. El grado de exposición puede ser evaluado cuantitativamente a través de indicadores biológicos de exposición y de evaluaciones ambientales; no obstante, no es posible detectar modificaciones funcionales o bioquímicas sugerentes de deterioro de la salud del huésped. Esto va a determinar un período, en el cual no es detectable el comienzo de las alteraciones en el huésped en relación al desequilibrio de los componentes del triángulo epidemiológico (2).
Desde el punto de vista técnico preventivo, médico y legal se habla de enfermedad relacionada al trabajo, y no solo de enfermedad profesional. Así, el perfil de enfermedad y muerte de los trabajadores resultará de la mezcla de esos factores, que pueden ser sintetizados en tres grupos de causas:
a) GRUPO I: Enfermedades en el que las condiciones de trabajo es causa necesaria, tipificadas por las enfermedades profesionales, estrictamente legales como la hipoacusia, silicosis, hepatitis B. 
b) GRUPO II: Enfermedades en que el trabajo puede ser un factor de riesgo contributivo, pero no necesario, ejemplificadas por las enfermedades más frecuentes o más precoces en determinados grupos ocupacionales y para las cuales el nexo causal es de naturaleza eminentemente epidemiológico. La hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, enfermedades psicosomáticas, enfermedades del aparato locomotor, varices de los miembros inferiores, estrés, síndrome metabólico y algunas neoplasias malignas (Cánceres), en determinados grupos ocupacional o profesiones. 
c) GRUPO III: Enfermedades en que las condiciones de trabajo es provocador de un disturbio latente, o agravador de enfermedad ya establecida o preexistente, tipificadas por las enfermedades alérgicas, en determinados grupos ocupacionales o profesiones (3). 

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(1). La Salud de los trabajadores: Estrategias e intervenciones, Dr. Héctor A. Nieto (Universidad Nacional de 
Buenos Aires Argentina), OPS, 2009. 
(2). Universidad del Zulia Maracaibo-República Bolivariana de Venezuela, Dr. Gilbert Corzo A. Médico Ocupacional, Cátedra de Salud Ocupacional y Ambiental.
(3). 11 Manual de Enfermedades Relacionadas al Trabajo, OPS Brasil, 2005.

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