Las medidas de prevención y control deben adecuarse en cada caso al tipo de germen, a la fuente de infección y al modo de transmisión de la enfermedad de que se trate. No obstante, se pueden formular algunas recomendaciones generales para todos los trabajos con riesgo de transmisión de enfermedades.
Evitar la proliferación de gérmenes
— Control veterinario de los animales.
— Control sanitario de pieles, lanas, pelos, etc.
— Desinsectación y desratización.
— Desinfección y esterilización de productos contaminados.
— Diseño de locales de trabajo evitando lugares susceptibles de acumulación de suciedad.
— Limpieza y desinfección de locales de trabajo, lavabos, duchas y servicios higiénicos.
Evitar la exposición
— Reducción del número de trabajadores expuestos.
— Técnicas y métodos de trabajo que impidan el contacto directo con material contaminado.
— Utilización de material desechable.
— Ventilación forzada o aspiración para eliminar polvo.
— Planes y pautas de actuación ante emergencias.
— Transporte y almacenamiento en condiciones de seguridad.
— Señalización adecuada y restricción de acceso.
Protección individual
— Formación e información de los trabajadores.
— Limpieza y desinfección de ropas y utensilio.
— Higiene personal.
— Uso de jabones antisépticos, especialmente en heridas.
— Protección personal: ropa, guantes, mascarillas.
— Vacunación cuando sea efectiva y aplicable.
— Prohibición de comer, beber, fumar o aplicarse cosméticos en lugares de riesgo.
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