miércoles, 24 de noviembre de 2010

El acoso



Se denomina "acoso" (a veces se utilizan también los términos "hostigamiento", "mobbing" o "violencia psicológica")a un comportamiento reiterado y desproporcionado hacia un trabajador o grupo de trabajadores que busca discriminar, humillar o amenazar a la persona acosada o minar su autoestima. El acoso, que generalmente tiene lugar dentro de la organización, puede consistir en maltrato verbal y físico, pero también adoptar formas más sutiles, como el aislamiento social. La dignidad, la capacidad profesional, la vida privada, las características físicas, el origen étnico, el género o la orientación sexual de una persona pueden ser el objeto del acoso. Se trata de un problema importante en los lugares de trabajo europeos que supone unos costes considerables, tanto para los trabajadores como para las organizaciones. Cualquier persona puede ser víctima de acoso en una organización. Según los resultados de las encuestas, en Europa lo sufre un 5% de los trabajadores (datos del año 2005). En algunos Estados miembros de la Unión Europea, el porcentaje llega a alcanzar el 10-17% de los trabajadores.

El acoso laboral provoca un gran estrés en las víctimas y en sus compañeros de trabajo, familias y amigos. En algunos casos, las víctimas son incapaces de actuar con normalidad en el trabajo y en su vida cotidiana. El acoso puede producir trastorno de estrés postraumático, pérdida de autoestima, ansiedad, depresión, apatía, irritabilidad, trastornos de la memoria, trastornos del sueño y problemas digestivos, e incluso puede llevar al suicidio. Las víctimas del acoso pueden seguir experimentando estos síntomas durante años, incluso cuando el acoso ya ha cesado.
En el ámbito de la organización, el acoso puede provocar un mayor absentismo y rotación del personal, así como una reducción de la eficacia y la productividad. Los casos de acoso pueden acarrear asimismo costes elevados en concepto de daños y perjuicios. Es importante actuar desde el principio para evitar el acoso. En primer lugar, debe realizarse una evaluación del riesgo para definir las medidas necesarias. Entre dichas medidas cabe mencionar la elaboración de una política antiacoso, la gestión de los conflictos y la formación de líderes, la modificación del entorno de trabajo y el apoyo a las víctimas del acoso (por ejemplo, orientación e indemnización).

He aquí algunos consejos para prevenirlo:
  • compromiso, por parte del empresario y los trabajadores, de fomentar un entorno de trabajo sin violencia;
  • subrayar los tipos de actuación que se consideran inaceptables;
  • destacar las consecuencias del acoso y las sanciones a las que éste dará lugar;
  • indicar dónde y cómo pueden obtener ayuda las víctimas;
  •  compromiso de garantizar el derecho a quejarse “sin represalias”;
  •  explicar el procedimiento para formular una queja;
  • difundir información sobre los servicios de orientación y apoyo, y  mantener la confidencialidad.
Fuente: Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo

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