martes, 11 de enero de 2011

Asma en personas que trabajan con animales

FUENTES COMUNES DE EXPOSICIÓN

Las fuentes de exposición a los alergenos animales varían de acuerdo con las especies de animales. Por ejemplo, los alergenos más importantes han sido encontrados en la orina de ratas y en la orina, saliva y en la piel de los conejillos de indias (cobayas) [Chan-Yeung and Malo 1994]. La orina de las ratas contiene cantidades significativas de una proteina que también se encuentra en las muestras de polvo de los sistemas de ventilación de instalaciones que albergan animales [Bardana 1992]. Otras fuentes importantes de exposición a los alergenos son la piel de conejos, la saliva y la caspa de los gatos, la caspa de los perros y el suero y la caspa de los caballos [Bardana 1992].
La exposición a ratas, ratones y conejos ha sido relacionada frecuentemente con la aparición del asma ocupacional. También se ha informado sobre especies diferentes a los mamíferos que causan síntomas respiratoriosCpor ejemplo, varios tipos de insectos y de ranas (que son comúnmente utilizadas en los salones de clase) [Bardana 1992]. Se ha asociado la exposición a los pájaros con otras enfermedades respiratorias, entre ellas, la neumonitis por hipersensibilidad [Parker et al. 1992]. Una persona que se vuelve alérgica a una especie de animales puede también tener reacciones a otras especies. Aun una exposición baja a estas fuentes comunes de alergenos animales puede ocasionar alergias, pero el riesgo aumenta a medida que se incrementa la exposición del trabajador. [Hollander et al. 1997].

TIPOS DE PERSONAS QUE TRABAJAN CON ANIMALES QUE ESTÁN EN RIESGO

Tal parece que todas las personas que trabajan con animales están en riesgo de resultar con síntomas de alergias relacionadas con el trabajo. Sin embargo, los trabajadores que tenían síntomas o signos de alergias antes de que empezaran a trabajar con animales tienen más probabilidades de contraer asma inducida por animales [Beckett 1994; Chan-Yeung y Malo 1994]. Los trabajadores alérgicos, en particular los que están sensibilizados a animales domésticos como gatos y perros, tienen más probabilidad de adquirir sensitividad a los animales de laboratorio y asma que los trabajadores que no son alérgicos [Bryant et al. 1995].
Los estudios hechos de trabajadores expuestos a los animales relacionan muchas ocupaciones con un riesgo mayor de contraer asma y otros síntomas respiratorios [Lutsky et al. 1985; Zejda et al. 1993; Zuskin et al. 1992a,b; Bar-Sela et al. 1984]. Entre estas ocupaciones se encuentran los trabajadores de laboratorios de animales, veterinarios, criadores de animales, trabajadores de la industria de la confección y trabajadores de caballerizas. Los riesgos relacionados con algunas de estas ocupaciones están delineados a continuación.
Trabajadores de laboratorios de animales
Los trabajadores están expuestos a los animales de laboratorio en la industria farmaceútica, en laboratorios de universidades, en unidades de investigación y en instalaciones para la reproducción de animales [Chan-Yeung and Malo 1994]. La mayoría de reacciones a la exposición en estas instalaciones está relacionada con animales pequeños como por ejemplo roedores. También se ha informado de reacciones relacionadas con primates, gatos, perros y animales domésticos de granja [Lincoln et al. 1974].
El contacto con los animales ocurre durante la alimentación, la limpieza, la aplicación de dosis, el sacrificio, la cirugía y la recolección de fluídos corporales, la medición y el transporte entre instalaciones [Harries and Cromwell 1982]. Los trabajadores están expuestos a la caspa animal, al pelo, a la orina, a la saliva, a los tejidos y al suero [Harries y Cromwell 1982].
La alergia relacionada con animales constituye uno de los peligros para la salud más importantes que enfrentan los trabajadores de los laboratorios de animales [Newman-Taylor and Gordon 1993]. Las encuestas de salud de personas que trabajan actualmente en laboratorios de animales indican que hasta el 56% están afectadas por alergias relacionadas con animales [Aoyama et al. 1992; Bardana 1992; Bryant et al. 1995; Hunskaar and Fosse 1993; Kibby et al. 1989; Lutsky et al. 1985; Newill et al. 1986; Zejda et al. 1993]. En una encuesta de 5,641 trabajadores de 137 instalaciones que albergan animales, el 23% tenía síntomas alérgicos relacionados con los laboratorios de animales. De los trabajadores que tenían síntomas, el 82% tenía síntomas nasales o de los ojos, el 46% tenía problemas de la piel y el 33% tenía asma. Estas cifras no incluyen personas que ya no trabajaban en esa área porque se enfermaron y no pudieron continuar trabajando.
Veterinarios y técnicos veterinarios
Se ha observado un incremento de la prevalencia de asma, infecciones respiratorias y enfermedades obstructivas de los pulmones entre los veterinarios. Las personas que trabajan con animales grandes parecen tener menos problemas con asma y alergias que las personas que trabajan con animales pequeños [Lutsky et al. 1985].
Criadores de animales
La rinitis y el asma ocupacional son efectos reconocidos de trabajar con animales de cría como ganado, cerdos, ovejas y cabras. Se ha visto que los criadores de cerdosCen particular, aquellos que trabajan en áreas confinadas de gran tamaño con insuficiente ventilaciónCpresentan jadeo y tos crónica [Zejda et al. 1993; Zuskin et al. 1992b].
Trabajadores de la industria de la confección
Los trabajadores de la industria de la confección pueden tener reacciones alérgicas a la piel y pelaje así como a los textiles hechos de productos animales como lana, cachemira, alpaca, vicuña y mohair [Bardana 1992].
Trabajadores a cargo de caballos
La exposición a los caballos presenta un riesgo para los trabajadores de la agricultura, los agentes de policía montada y los ayudantes de hipódromos y establos.

EFECTOS SOBRE LA SALUD

La exposición a los alergenos de animales transportados por el aire puede ocasionar inicialmente irritación nasal, de los ojos y de la garganta así como urticaria en la piel [Ohman 1978; Lincoln et al. 1974]. Casi el 50% de los trabajadores que tienen estos síntomas empiezan a presentar síntomas de asma como episodios recurrentes de tos, jadeo, presión en el pecho y dificultad para respirar [Bardana 1992]. Usualmente, los síntomas nasales aparecen primero; el asma ocupacional sin síntomas nasales no es común. Una vez que la persona se ha sensibilizado a los animales, los síntomas de las alergias pueden presentarse a sólo unos pocos minutos de la exposición o pueden demorarse en aparecer hasta 8 horas o más. En casos graves, pueden presentarse reacciones anafilácticas (entre ellas el shock), aunque esto es de muy rara ocurrencia.
Los síntomas de asma pueden presentarse por primera vez mucho después de que la persona ha empezado a trabajar con animales. La alergia a los animales de laboratorio usualmente ocurre dentro de los 36 meses siguientes al inicio de la exposición y en la mayoría de los casos se genera después de los 6 a los 36 meses de la exposición. Los trabajadores a cargo de animales que no se vuelven alérgicos después de 3 años de exposición tienen menos probabilidades de presentar el problema después de largas exposiciones. [Aoyama et al. 1992]. Sin embargo, un estudio de 16 trabajadores de aves de corral con síntomas de asma y rinitis mostró que la aparición de los síntomas puede demorar hasta 10 años [Bar-Sela et al. 1984].
Después de que acaba la exposición, los síntomas nasales y de los ojos desaparecen a menudo al corto tiempo, pero los síntomas de los pulmones tienden a persistir [Newman-Taylor and Gordon 1993]. En el caso de los trabajadores de aves de corral, los síntomas nasales y el asma fueron persistentes aún después de que los trabajadores afectados dejaran de trabajar en la granja avícola [Bar-Sela et al. 1984].
___________
Fte: NIOSH 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escriba su Comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...