miércoles, 12 de enero de 2011

¿Como regular el consumo de tabaco en el ámbito laboral ?


• Antes de iniciar una campaña de reducción de tabaco se debe crear un grupo de trabajo que represente a todos los intereses de la empresa (dirección, personal sanitario,  sindicatos, trabajadores fumadores y no fumadores, etc.), con el fin de suscribir unos acuerdos lo más consensuados posible. Las campañas antitabaco deben tratarse desde una perspectiva colectiva y de salud laboral.
• Es importante que desde la dirección se informe a todos los trabajadores de la empresa acerca de la política e intervenciones que se van a llevar a cabo al respecto.
• Las campañas de información se deben dirigir a todos los trabajadores e informarán acerca de los riesgos que conlleva el tabaco y sobre los derechos de los no fumadores. Posteriormente, se recogerá información acerca de la población fumadora dentro de la empresa y su predisposición a dejar de fumar.
• En las campañas de abandono del tabaco, que deberán durar preferiblemente varios meses, se debe informar a los fumadores sobre la obligación que tienen de cumplir las nuevas normas que prohíben fumar en el lugar de trabajo durante la jornada laboral.
• Las políticas antitabaco deben prestar apoyo a las personas que intentan dejar de fumar y deben ser consideradas como un elemento importante dentro de los objetivos de la empresa. Deben crear una atmósfera social en la que no fumar sea considerado una conducta normal y socialmente aceptable.
• Hay que recordar que, en caso de conflicto, prevalece el derecho de los no fumadores sobre el derecho de los fumadores a consumir tabaco en todos los lugares de trabajo que afecten a la salud.
• Las empresas deben reducir al mínimo la exposición laboral al tabaquismo pasivo e indirecto utilizando todas las medidas posibles que tengan a su alcance.
• Hay que evitar situaciones que violenten las relaciones personales y potenciar la verdadera tolerancia.
• Se debe limitar el consumo de tabaco en las zonas comunes, como los comedores y las salas de reunión y fumar sólo en áreas especialmente destinadas a este fin.
• Hay que regular el uso del tabaco en los lugares de trabajo en los que existan materiales peligrosos.
• Entre las estrategias para alcanzar los objetivos en los programas de abandono del tabaco se encuentran:
la reducción poco a poco del número de cigarrillos diarios, el consumo de cigarrillos bajos en alquitrán o nicotina, el uso de filtros o boquillas especiales, la acupuntura, el dejar de fumar en programas de grupo junto a otros trabajadores y el comprometerse a largo plazo para dejar el hábito.
• En los locales de descanso deberán adoptarse medidas adecuadas para la protección de los no fumadores contra las molestias originadas por el humo del tabaco.
• Se puede evaluar la eficacia de los programas antitabaco utilizando cuestionarios anónimos, anuales o semestrales para preguntar si los hábitos del individuo con respecto al tabaco han sufrido alguna modificación, para observar la evolución de la población  fumadora y para constatar la eficacia de los tratamientos de deshabituación.
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Fte: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT).

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